Desde siempre me gusto leer. Recuerdo que cuando visitábamos a familiares y amigos con mi mamá,
siempre pescaba los diarios viejos o las revistas para leerlas.
Pero fue en, justamente, una semana santa en la que nos quedamos con mi familia cuidando una casa
que leí por primera vez Cien años de soledad del gran Gabriel García Márquez.
Como explicar lo que sentí al leer esa historia grandiosa y eterna.
No importa que ya no recuerde con exactitud
el árbol genealógico de la familia Buendía, pues lo que quedo en mi memoria es el deseo de leer y escribir,
que continua hasta hoy.
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